Mis publicaciones

En este apartado dejaré la lista de historias, cuentos, pensamientos que he ido publicando para compartirlo con vosotros. Estaré encantado de recibir vuestros comentarios.

 

 

El resto de cosas que ve me gusten las colgaré en otros apartados. Disfrutadlo como yo lo he hecho.

 

 

El primero se titula 'Respirar en tu burbuja', una metáfora sobre un amigo escritor y coach al que le hice una sesión de coaching artístico.

 

 

"Para mi especial amigo Justo, mago del ser, humano de los pies a la cabeza yexcelente emocionador".

Luis Enrique Antiñolo

 

 

“El pasado es historia, el futuro esun misterio y el presente un regalo, poreso se llama presente.”                Kun Fu Panda

 

El descubrimiento.

Tras finalizar un día, cualquiera de esos días que no pasa nada más que lo mismo de siempre,nuestro personaje, llamado Justino, se congeló en un pensamiento que había tenido muchasveces: ‘Sigo sin poder realizar mi sueño’.Su sueño no tenía fecha concreta, pero sí una llama encendida de forma continua en su interior,quería ser escritor. Pero más que escribir deseaba comunicar lo que tenía dentro, una caja llenade circunstancias y reflexiones, que se iba llenando a cada paso que daba en la vida pero que noacaba de concretar, pues siempre había algo más importante que hacer.Esa proscratinación era incomoda y siempre tenía una justificación. Así pasaban los días.Ilusiones sí, hasta éxitos profesionales, pero algo le faltaba. Se encontraba bastante vacio.Por otro lado conseguir las cosas no le costaba mucho. Era como traspasar una puerta y observarsu nuevo entorno. Al principio se adaptaba de forma discreta, observando ese nuevo escenarioy, una vez controlado, se mostraba tal y como era.Pero siempre le acompañaba su afán. Tenía hasta título: ‘Respirar en tu Burbuja’. Un buen títuloque sintetizaba lo que opinaba del mundo, del suyo y el de los demás que para él son iguales,simplemente añadía un componente que lo hacía original, el ego. Creía en otros valores, enayudar a cambiar los modelos y mentalidades tradicionales, en revolucionar su entorno y el delos demás. Era un idealista. Pero todo se quedaba ahí, en una idea, en su afán.

Con el afán de conseguir algo, de escribir, de comunicar, hacía siempre los mismo. Lo guardabadetrás de todas las puertas que cruzaba y donde, en cada una de ellas cada vez, siempre renacía lailusión de escribir su libro. Pero, al cruzar cada una de las puertas de su vida, ese afán siempre sequedaba detrás de ellas y las obligaciones prioritarias hacían que se olvidara de su sueño.Un día, otro podría ser otro cualquiera, su sobrino le pidió que le hiciera un favor muy especial.Necesitaba que le guardase, durante el tiempo que duraba un viaje, un acuario al que le teníamucho afecto. Le juró y perjuró que había estudiado muchas otras posibilidades pero habíapensado que sólo su tío podría cuidar como era debido de su acuario. A Justino, la verdad, no leapetecía tener ningún compromiso con nada, y le incomodó tanto la propuesta que no supo quédecir, ni siquiera decir que no. Por un lado no había tenido nunca ninguna mascota y por el otrocasualmente no estaba en una situación emocional y racional como para hacerse responsable denada, y menos de mascotas de agua.Pero al final se encontró con un acuario que contenía dos hermosos ejemplares de peces BettaSplendens o ‘Luchadores de Siam’.Su sobrino le dejó también una caja con varias cosas en su interior. Al abrirla le llamó la atenciónuna hoja escrita, entendía que sería un mensaje para él. Efectivamente eran las instrucciones3donde explicaba por ejemplo que cada pez tenía su propio nombre, que cada uno tenía unas necesidades y condiciones diferentes, etc.


Libro, la sorpresa.

Entre las distintas indicaciones le explicaba que la diferencia de color de los dos ejemplares eracasual, pero que la gran diferencia estaba en sus aletas y su cola. Bro, que así se llamaba uno deellos, era un precioso ejemplar macho de azules intensos fundidos con un brillante naranja. Éstoscolores junto a la grandiosidad de sus aletas y cola, le daban un aspecto de héroe cuyaresplandeciente armadura y junto a su semblante le hacían brillar con cada elegante movimientoacuático.El otro pececito, más pequeño y de color verde con matices violeta en su cabeza, se llamaba Li.Su nombre le iba al pelo, como se suele decir, pues era corto y rápido tanto el nombre como elpez. Su diferente morfología se debía a su género, era hembra, no teniendo por ello tandesarrolladas las aletas y la cola. Su aspecto la hacía más ligera, divertida e inquieta.El resto del escrito hablaba de los hábitos, alimentación y de sus cuidados. Sin llegar a terminarde leerlo, se percató de una especie de cajita transparente incluida en la caja de cosas, en cuyointerior tenía un líquido incoloro con un manto de burbujas. Le llamó la atención y lo rescatócon mucha delicadeza del interior de la caja. Como si sintiera que era algo delicado, lo fueacercando a su cara con curiosidad y cuidado hasta que se percató que estaba identificada con lapalabra ‘Huevas’. La definición le generó mayor curiosidad y tras escrudiñar el líquido sepercató de que en su interior flotaba una pequeña esfera casi transparente con un núcleo másoscuro que no paraba de moverse. ¡era una cría de pez en estado embrionario! Confundido ysorprendido por la diminuta esfera se encontró así mismo sometido a una especie de bailecompulsivo, para decidir qué hacer con aquél elemento. Su teléfono vibró y sonó en su bolsillode repente, lo que le obligó a soltar la hoja de papel, sujetar con las dos manos la cajita e intentaracceder al bolsillo para responder. Entre que depositó el cubilete dentro de la caja e intentabaresponder, el teléfono dejó de sonar, y al ver la llamada perdida se percató que acababa dellamar su sobrino. Intentó devolverle la llamada pero en esta ocasión era su sobrino quien norespondía. No le dio más importancia pues había recuperado un entusiasmo que no sentía desdehacía tiempo y gracias al intrigante embrión que estaba dentro del criadero transparente.Intentó en ese momento rescatar la cajita para contemplar el gracioso huevo que estaba rodeadode muchas burbujas algo más pequeñas. Al acercar la mano al interior de la caja, se dio cuentaque también había un pequeño librito alargado, sujeto con una goma que lo cerrabaperfectamente, y de un rojo brillante mezclado con tonos azules. En la portada de ese cuadernotan llamativo estaba impresa en bajo relieve la palabra ‘LiBro’. Al abrirlo se dio cuenta de quesolamente tenía una frase escrita en la primera página:

‘Respirar en tu burbuja’ La historia del presente, del ahora emocional,del tiempo que existe en una burbuja de aire de un Luchador de Siam...’

-“Pero... ¿Cómo?¿Cuándo...?” –Resopló Justino.

No tenía sentido, estaba totalmente aturdido. Nunca había hablado de su proyecto con nadie. Nimucho menos del título del libro que era exactamente igual que el acaba de leer.Los siguientes acontecimientos se desarrollaron con la fuerza de un buen cava en el instantejusto de descorcharlo. Fijó su mirada al embrión y en ese momento sintió como un chasquidoentre sus dedos. Se acercó más para observar qué estaba pasando dentro de la cajita transparentey se encontró con la magia de la vida: el embrión se acababa de convertir en un diminutísimopececito con una espectacular cola. Su color era idéntico al de la pasta del librito. Se quedómirando fijamente al pequeño ejemplar y muy atraído por lo acontecido. Al ver susmovimientos soberbios y elegantes se quedó sin palabras, fascinado y enmudecido. Tras recobrarun poco de conciencia, volvió de nuevo su atención al papel escrito y continuó su interrumpidalectura. La carta continuaba:-“(.../...) en un criadero portátil te he dejado un pequeño y precioso regalo, un hijo de estapareja de peces que pronto eclosionará y se convertirá en un elegante y divertido Luchador deSiam.” –y seguía -“te he dejado un diario rojizo con los nombre de sus padres en la portada. Meencantaría que observaras al embrión y, cuando se convierta en pez, lo insertes en la pecerajunto a sus progenitores para que se conozcan y crezca junto a ellos. Querido tío, al final meencantaría que te quedaras con este ejemplar nacido en tus manos. Te hará descubrir un mundomuy peculiar como lo han hecho sus padres conmigo. Te he escrito un pequeño mensaje en laprimera página, pues soy muy consciente de tu gran afición literaria...”En ese momento comprendió que lo que había vivido en un instante se había mezclado en sumente con el efecto de un coctel explosivo.Bro y Li eran los nombre de los papás del pececito, que puestos en otra forma, mostraba lapalabra Li Bro. Y la agenda un simple diario que, según su sobrino, serviría para ir apuntando losavances de este nuevo ser.Empezó a reír. De hecho su risa resonaba en la habitación y retumbaba hasta en la propia caja,como si de un tambor se tratara. Entre risa y carcajada se percató de una luz que salía de la cajade su sobrino. Esta luz parecía salir de la cajita transparente donde estaba el embrión hecho pez.


Colores y emociones.

Su risa se fue frenando y se volvió a sorprender cuando al reducir su carcajeo también descendíala intensidad de la luz rosa-azulada. Sorprendido, volvió a sostener la diminuta caja entre susmanos quedándose sin palabras al ver que del pequeño Luchador de Siam brotaba una diminutaburbujita, una burbuja que emitía la misma luz que él había visto salir de la caja mientras reía.Una burbujita que parecía una bombilla con una misteriosa incandescencia.Se quedó petrificado, como es normal ante tal espectáculo, sin saber qué pensar de lo que estabaviendo. Se salía de toda razón y lógica, era un fenómeno extraordinario, o sino una broma de susobrino...Se carcajeó de nuevo pensando que se había vuelto loco cuando a la par de nuevo la luz brotaba agolpes de su carcajeo. –“Increíble...” –se dijo. Realizó algunos sonidos de prueba y,efectivamente, el pececito brillaba a la par soltando al final una burbujita que emanaba luzpropia.Tras varios días y muchas horas de investigar aquél fenómeno, y transportado el pequeño pez yaa la pecera de sus progenitores, las diferentes pruebas que realizaba demostraban a cadamomento que el ‘iluminado’ pececito era capaz de transmitir a través de los colores, lossentimientos de su dueño. Y no sólo por el timbre vibracional de su voz, o la fuerza de emisión,sino que reflejaba las emociones desde la que partían esas demostraciones sonoras, reflejaba elverdadero sentimiento emocional.El libro empezó a llenarse de apuntes y notas, tomando ya la forma de un profundo estudio.Paralelamente su dueño empezó a llenarse de nuevos hábitos, de sorpresa, de emociones y milsentimientos más. A cada emoción un color, como si de la cámara Kirlian se tratara al transcribirde forma gráfica las emociones por medio de colores áureos.Del rojo al marrón, es decir, de la rabia a la ira. Del verde al azul, de la alegría al entusiasmo. Yasí, entre emociones, demostraciones y colores, la libreta roja con destellos azules (fuerza yentusiasmo) terminó repleta de un grandioso catálogo de colores e impulsos emocionales, detransformación de la energía, de fórmulas para provocar emociones positivas. Todo un glosario,un nuevo escenario de un nuevo paradigma de las emociones humanas.Al final, al cerrar el libro por última vez, con su última página rellena, al haber dosificado tantasveces y poco a poco el alimento de su pececillo, al tener que dosificar con cuentagotas cadaprogreso en cada segundo, cada avance en cada apunte, trabajando para ese libro, viviendo parael libro...

...lo cerró, miró a su pez, cerró los ojos y apretó fuertemente el libro con la misma ternura queabrigó a aquella cajita del embrión. Cerrando el libro en su coraaquel ser tan excepcional, suLa habitación se iluminó de nuevo con un precioso morado cambiante a un azul brillante,colores que reflejaban unas lágrimas de plenitud y alegríaaquel anhelo, ya estaba terminado.Su visión era realidad. Su sueño, pequeño pero con un grandísimo valor. Libro, como asíllamaba al pececito... su ‘Libro’... estaba vivo, lleno de luz y a punto de ofrecerle el paso puna nueva puerta. Una puerta en la que no esconderíasu ‘Libro’.El resto de la historia está repleta de colores.

 

 

FIN.


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